Acude Andrea, una niña de 13 años, con cita previa a la consulta de pediatría de Atención Primaria en horario de demanda, por la mañana, un día de jornada lectiva. Andrea es una niña inmigrante, sus padres son de origen rumano, y vive en un pueblo de la costa de Andalucía Oriental desde hace unos cinco años.
Ella es una niña sana sin antecedentes de interés, y tiene un hermano menor de ocho años también sano. Sus padres no padecen enfermedades de interés y los niños acuden de manera habitual a la consulta acompañados por la madre.
Pediatra (P).–Hola Andrea, adelante. Veo que hoy vienes sola a la consulta.
Andrea (A) .–Sí, hoy lo que quiero contarte no quiero que lo sepa mi madre.
P.–Muy bien, ya nos conocemos de hace unos años. Dime, ¿qué te pasa?
A.–Pues es que yo, cuando tengo la regla, no puedo utilizar compresas porque me pica mucho ahí abajo. Sólo puedo utilizar tampones.
P.–Bueno, yo a eso no le veo la mayor importancia. ¿Quieres que te mire?
A.–Sí, ¿me tengo que desnudar?
P.–Sí, pasa detrás del biombo, te quitas las braguitas, te tapas con la sábana y cuando estés preparada me avisas.
A.–... Muy bien, ya estoy preparada.
P.–Ya he hecho la exploración. Te puedes vestir…
P.–Te explico, Andrea: no se ve nada en la exploración externa de tus genitales. Veo que tienes la zona muy depilada y que te has colocado un piercing. Estas cosas pueden irritarnos un poco esa zona de piel tan delicada. Pero estas cosas son decisión tuya y solo quiero informarte que puedes sentir algo de irritación, picor y molestias. El vello público nos protege.
A.–Sí, es que a mí me gusta así. Todas mis amigas se lo hacen... Y cuando vamos a la playa estamos más cómodas... Y con los chicos es mejor.
P.–Ah, muy bien. Ya que me hablas de los chicos [pide permiso], ¿mantienes relaciones sexuales?
A.–Sí, con mi novio. Con nadie más.
P.–¿Y qué método anticonceptivo utilizáis? [pregunta abierta].
A.–Bueno, mi novio controla mucho. Tiene 18 años. Y luego vengo al centro de salud y me dan la píldora del día después [ambivalencia].
P.–Sí, ya veo que me sigues demostrando lo responsable que eres de elegir estar con un chico tan maduro [reflexión]. Tener una pareja significa confiar y compartir experiencias de decidir por ambos y compartir muchas cosas.
A.–Sí, él sabe todo lo que yo necesito y cómo tenemos que tener cuidado.
P.–Muy bien, tú has dicho que al tener relaciones sexuales hay que tener cuidado [reflexión]. ¿A qué te refieres? [pregunta abierta].
A.–Pues a no quedarme embarazada.
P.–Sí, hay que evitar el embarazo no deseado. Pero las relaciones sexuales también pueden producir enfermedades infecciosas [advise]. ¿Tú qué sabes de esto?
A.–Ni idea. Yo creo que eso no pasa. Ni mi amiga ni mi noviome han dicho nada de eso [precontemplativo]. Oye, y tú no le digas a mis padres nada de que me acuesto con mi novio que mi padre me mata [resistencia].
P.–Andrea, al venir a la consulta a preguntarme cosas sobre tus zonas genitales demuestras que quieres cuidar de tu cuerpo como hacen las personas adultas y responsables. También me has confiado que mantienes relaciones sexuales. Como veo, estas nuevas experiencias no se las has contado a tus padres. Tú notas que esto puede tener unos riesgos [afirmaciones automotivadoras]: embarazo, enfermedades que ahora yo te he contado y has estudiado en el instituto. Si vas a seguir manteniendo relaciones, ¿quieres que quedemos otro día para hablar de las precauciones?
A.–Pues dame una cita y vuelvo a hablar contigo [agree].
NOTA.–Las autoras informan de que la actuación con esta menor para este acto clínico se encuadra en el contexto de menor maduro. Menor maduro es todo niño/a mayor de 12 años que se considera que tiene la capacidad intelectual y emocional de comprender el alcance de la intervención y prestar su consentimiento sin necesidad de sus padres. Según la legislación actual, las relaciones sexuales a los 13 años se consideran consentidas.